lunes, 21 de noviembre de 2011


Carduelis cucullata  

Clasificación científica

Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Aves
Subclase: Neornithes
Orden: Passeriformes
Suborden: Oscines
Familia: Fringillidae
Género: Carduelis
Especie: C. cucullata
Nombre binomial
Carduelis cucullata
Swainson, 1820
Sinonimia
Carduelis cucullatus


El cardenalito (Carduelis cucullata) es un pequeño pajarito nativo de Venezuela con pequeñas poblaciones relictas en su estado natural en el este de Colombia, los Estados norte-costeros y centro occidentales de Venezuela, recientemente descubierta en Guyana y considerada extinta en la isla de Monos Trinidad.



Medidas morfológicas
Longitud: de 10 cm a 11,5 cm
Ala: de 62 a 67 mm en los machos y de 57 a 60 mm en las hembras
Macho de Guyana.
Macho de Danama Ranch (Guyana).
[editar] Conducta y comportamientoEs seminómada. Fuera de la época de cría se desplaza en pequeñas bandadas de 12 ó 13 individuos. En Venezuela, sólo se ven individuos solitarios o en parejas.

[editar] HábitatSe conoce muy poco sobre su vida salvaje, resultando difícil de saber cuál fue su hábitat natural. Gran parte de su zona de distribución está ocupada ahora por prados de corta hierba, pero que originariamente fueron abiertos bosques de hoja caduca. Su hábito alimenticio a base de semillas y la costumbre de alimentarse en los confines de los bosques nos hace suponer que los bosques caducifolios podrían haber sido su hábitat predilecto. A menudo, estos bosques están más cubiertos de hierba que los bosques de hoja perenne, a consecuencia de la mayor cantidad de luz que penetra hasta el suelo de los mismos cuando los árboles pierden sus hojas, permitiendo el crecimiento de la hierba. Vive en zonas semiáridas tipo sabana, los paisajes abiertos, las zonas secas y áridas donde los árboles se encuentran dispersos entre zonas más o menos rocosas, con arbustos espinosos y cactos. En Colombia se ha encontrado en los estratos medio y alto de bosques, entre los 1.744 y 3.165 m de altitud. En la Guyana en los bosques del árbol Curatella. También en otras partes de Venezuela como en bosques semihúmedos. A una altitud comprendida entre los 280-1.300 msnm.

Canto y notas
Es bastante complejo con gran variedad de notas aunque poco musicales. Dura entre 2 y 3 minutos sin interrupción. Ambos sexos emiten llamadas simples o dobles. Las primeras las emiten posados, las segundas en vuelo y están relacionadas con el apareamiento.

Distribución
 Es considerado una de las especies más amenazadas de Venezuela. Es probable que aún exista una pequeña población en las cercanías de Cúcuta, en Colombia, y una introducida y establecida en Puerto Rico alrededor de 1930. En Trinidad parece que siempre fue un ave muy rara y actualmente se reporta como extinta. Se descarta la existencia de una posible población en Cuba, ya que se trata de aves escapadas de cautiverio que no lograron establecerse como población. En Venezuela su distribución actual ocupa menos del 20% de la original, la cual comprendía los estados Zulia, Barinas, Trujillo, Portuguesa, Lara, Falcón, Yaracuy, Carabobo, Aragua, Miranda, Guárico, Anzoátegui, Sucre, Monagas y Distrito Federal, donde se encontraron en unas seis localidades cercanas a la ciudad de Caracas, en las cuales es probable que aún sobrevivan en dos sitios del Parque Nacional El Ávila. De esta amplia distribución original, actualmente sólo queda un relicto que incluye dos núcleos: uno en los estados Falcón, Lara y probablemente en Barinas, y otro en el triángulo formado por Miranda, Guárico y Anzoátegui; sin embargo, existen posibilidades de un relicto en el Distrito Federal y se conoce de otro que recientemente fue colectado en el Estado Zulia. La situación de amenaza es tan alarmante que algunos autores se abstienen de reportar las localidades exactas donde aún se encuentra la especie, por temor a facilitar la acción de los cazadores de aves.

Semillas
 Buscan las semillas en la baja vegetación y en los árboles. Entre las preferidas están las de Wedelia calycina (Asteraceae), Phoradendron sp. (Loranthaceae), el árbol Curatella sp. y la higuera (Ficus spp.). En la isla Trinidad se alimenta de las semillas de la Argemone mexicana.

Reproducción
Cada criador tiene su método personal. Es conveniente que no reciban visitas extrañas para evitar el estrés sino se corre el peligro de que abandonen la incubación o dejen de alimentar a los polluelos recién nacidos. El tipo de jaula más apropiada es la cerrada por todas partes menos por el frontal (largo 90 cm, ancho 30 cm y alto 40 cm.) porque tienen la tendencia a engancharse las patas en los alambres. Se empieza a emparejarlos en el mes de diciembre, para ponerlos a criar a primeros de enero o mediados del mismo mes.

Luz: Como las horas de luz natural no son suficientes en el hemisferio norte, los criadores se las aumentan regularmente cada día hasta llegar a 13-14 horas. Varían según la época, podemos ir aumentando como ir disminuyendo, iremos aumentando cuando nos estemos aproximando a la época de cría. Cuando estemos fuera de la época de cría las horas de luz se las vamos a dejar en 9 ó 10 horas.
Humedad: Es muy indispensable en época de cría, debe permanecer entre el 50% y el 60 % ya que si se encuentra muy baja los pichones no van a nacer, morirán dentro del huevo debido a una cáscara muy dura y obstrucción en los poros respiratorios del huevo. Fuera de la época con un 20% o menos ya no hay problema. Cuando tengan baja humedad se les debe proporcionar baños a diario para cuidarles el plumaje.
Temperatura: Su origen tropical le lleva a la necesidad de vivir a una temperatura de por lo menos 23 °C; a una temperatura inferior permanece inactivo y no se reproduce. Muchas de las pajareras en las que fueron puestos al principio, sobre el año 1900, en Europa y Norteamérica, simplemente resultaron ser demasiado frías para ellos.
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Población
 Se han realizado varios ensayos para tratar de estimar el número de individuos silvestres que sobreviven en la actualidad; sin embargo, dichos estimados se caracterizan por sus imprecisiones y se desconoce realmente la población actual. Los estimados varían desde un mínimo de 600 hasta 800 aves en todo el país, de los cuales se calculan unos 350 a 500 individuos en occidente, y otros 300 en la zona central. Otros estimados indican que en la actualidad sobreviven alrededor de 4.000 cardenalitos silvestres en total, de los cuales unos 2.500 viven en los estados Lara y Falcón. Las cifras de aves capturadas apoyarían más al segundo estimado que al primero. Es necesario aclarar que, si bien se puede asegurar que la cifra es baja, aún falta información para estimar la población con exactitud. En cualquier caso, las cifras actuales son menores que las anteriores y la mayoría de las poblaciones referidas en el pasado se encuentran extintas en la actualidad.

Amenazas
 La principal causa de la situación que actualmente enfrenta el cardenalito ha sido la extracción maderera de su hábitat, la segunda ha sido su captura y comercio ilegal, prácticas realizadas persistentemente desde 1835. Incluso a mediados de este siglo se utilizó su plumaje como adorno para sombreros en forma indiscriminada. El comercio desmedido está fuertemente vinculado a la hibridación con canarios para producir canarios rojos, lo cual constituyó un acontecimiento en la canaricultura y marcaría el inicio de la extinción del cardenalito. La situación se agrava ya que el codiciado color rojo en los canarios se pierde en varias generaciones y es necesario volver a reproducirlo con nuevos cruces para mantener el color. Producto de esta situación los cardenalitos alcanzaron precios exorbitantes en el mercado internacional, y a nivel nacional era una de las aves por la que mejor oferta recibía su colector. Se cuenta con información de que todavía en algunas localidades de la zona central los traficantes compran cardenalitos a los lugareños a cambio de artefactos eléctricos. Las cifras sobre aves capturadas y exportadas adquieren dimensiones impresionantes, y actualmente, a pesar de la disminución poblacional del ave, la actividad de captura se mantiene y el comercio aún es rentable y de magnitudes significativas.

Medidas de conservación
El cardenalito está especialmente protegido por las leyes venezolana según la resolución 439 del 07/12/82, en la Gaceta Oficial No. 32619. Su comercio está regulado por CITES, que incluye a la especie en el Apéndice I, gracias a lo cual se controla el tráfico a través de Curazao, país que servía de puente entre Venezuela y Europa para el comercio de cardenalitos.

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